Les voy a contar un poquito sobre como llegué a ser la obsesionada pero encantadora mujer que les está escribiendo ahorita.
Crecí en una casa que estaba siempre sucia. Siempre.
No estoy hablando de un poco de polvo y unos platos esperando su turno para lavar en la cocina. Ni siquiera hablo de una o dos canastas de ropa limpia que tardan más que deberían en guardarse.
Hablo de algo bastante parecido al tipo de lugar que verías en el programa Acumuladores.
Cuando por fin me di cuenta de que se pudiera hacer algo al respeto, no hubo otra manera en que quisiera pasar mi tiempo. Estaba a mi alcance el tipo de hogar limpio y ordenado que había visto en las casas de mis amigos, y no descansaría hasta obtenerlo.
He aprendido mucho desde empezar con esas actividades de limpiar, organizar, y hasta decorar que a mi me parecían mágicas.
Ya sé, por ejemplo, el valor de deshacer de las cosas sin utilidad en vez de intentar encontrar un lugar para absolutamente cada cosita como si fuera un tesoro irremplazable.
Pero la pasión por volver a todos los lugares en espacios limpios, ordenados, y hermosos es algo que se me ha quedado desde la niñez.
Hay muchas razones por no tener el espacio de uno ordenado: falta de tiempo, falta de motivación, la presencia de trastornos mentales como la depresión que hace que cualquier actividad parezca imposible.
Entiendo, y bien. El sentimiento de estar agobiado, abrumado, hasta aplastado por todo lo que hay que hacer, estoy segura, es lo que prevenía a mis papás tomar el control sobre su ambiente.
La buena noticia es que no es necesario construir un palacio en un día.
Aunque ocupas 2 minutitos al día, cualquier acción para mejorar tu espacio vale la pena. Te beneficia a ti y a los que comparten el espacio. Es magia de verdad.
Esta semana en los posts de Instagram y Facebook, estaremos hablando sobre como empezar si no sabes por donde, por ejemplo:
usando un timer para arreglar rápidamente
lo difícil (pero necesario) que es deshacerse de cosas
organizando por zona
¡Espero que te sea de mucha utilidad!